es hora de recapitular...

sí, llega el final de año y aunque no quieras, aunque te parezca lo peor, inevitablemente acabas haciendo un repaso mental a lo que ha sido tu año... y por eso odio estás so-called fechas señaladas, porque te recuerdan que no estas haciendo nada con tu vida, que solo dejas que pase el tiempo, que lo desperdicias... lo mismo pasa con los cumpleaños... con los comienzos y los finales... los de curso, los de vacaciones, los de mes, los de semana... por algo yo soy fan de los jueves...

en fin, a lo que iba... que, desde luego, no voy a hacer un repaso tipo balance, de hecho no pensaba escribir nada hasta que me di cuenta de que sin haber sido un gran año, lo recuerdo con la suficiente distancia como para tener la sensación de que sí he hecho algo... quiero decir que me pongo a pensar y digo... ufff, cómo estaba hace un año... y luego vino esto... y luego esto otro... y luego yo estaba así... y entonces pasó esto... y...

que, bueno, no son grandes cosas (aunque vosotros no lo sepaís, ya os lo digo yo), pero al menos me hacen pensar que poco a poco voy haciendo cosillas con mi vida, que empiezo a vivir algo parecido a la vida que quiero llevar y que si no es esa, sí es lo más parecido que puedo tener en las actuales circunstancias... que no es poco

claro que también pienso, que si he hecho todas esas cosas, que sin ser muchas, ni grandes, son cosas y las he hecho sin... como decirlo... dárme mucha cuenta de ellas, me pregunto si no estaré viviendo anestesiada... otra vez, porque esta es una sensación que he tenido a veces y es que puedo golpearme todo lo fuerte que quiera, que nunca duele lo suficiente... lo suficiente para hundirme, para hacerme caer, para destrozarme... y eso puede no sonar mal, no?... lo que pasa es que esto es igual con las alegrías... soy como un flotador, conmo un muelle, como un tentenpié, siempre vuelvo a mi posición de equilibrio... siempre vuelvo a mis días anodinos... a mi vida?