Sunday, March 12, 2006

en tu despacho, muy borracho

asusta escuchar a la gente hablar de sus proyectos... y no hablo de proyectos de vida, así en general, hablo de proyectos de fin de carrera... asusta porque van a acabar la carrera en su quinto año (como debe ser)... y no están asustados, ni emocionados, ni contentos, ni deprimidos... porque no se abre ante ellos ningún abismo de incertidumbre laboral, ni empieza una época de nuevas posibilidades... posibilidades de trabajo, de independencia, de cambio de ciudad e incluso de país... digo esto y no otras cosas porque es exactamente lo que yo deseo y temo de ese lejano día en el que acabe la carrera...

pero ellos no... conocen su proyecto desde hace un año y llevan trabajando con el profesor que se lo dirige desde hace dos... toman café con los doctorandos del departamento y nos cuentan los cotilleos y las (miles) rencillas entre unos grupos de investigación y otros, pero no desde un punto de vista exterior y crítico, no, desde dentro... están totalmente mimetizados con el (enfermizo) ambiente académico...

y lo estarán más aún... puesto que ahí van a pasar los próximos cuatro años de su vida, doctorándose... y quién sabe cuantos años más, porque la mayoría aspira a pillar plaza de profesor titular en la universidad... en la misma universidad que están estudiando... en la misma facultad... el resto de su vida...

a mí la sola idea me aterra... pero supongo que no es tan raro... ni tan malo... mi jefe no da un palo al agua y tiene el trabajo asegurado, se pasa los días de congreso en congreso, acaba de volver de suiza y mañana se va a tokio, vive de puta madre y yo quiero vivir así... he utilizado el plural para hablar de ellos en todo el post, pero ese plural lo forman solo cuatro personas (de cuarenta que empezamos) y de esas cuatro solo me llevo con dos... de esos dos uno tiene vocación (qué se le va a hacer) pero esas palabras salen de boca del otro, del que no tiene vocación... del que quería trabajar en un banco, un trabajo aburrido y nada estimulante, pero con horario fijo, gran sueldo a fin de mes y olvidarse de todo en cuanto saliera de la oficina... el que decía que en las becas de iniciación a la investigación te hacían trabajar mucho y te pagaban muy poco, hasta que se la ofrecieron a él... el que decía que seguramente tendría que irsea a madrid, barcelona o semejantes, para trabajar, hasta que se echó novia aquí... la primera novia... y la última?

no sé, yo un poco sí le imagino así... es conservador en el más estricto sentido de la palabra... con treinta años casado con ella o con una parecida, trabajando en la universidad, esperando a que le hagan fijo para meterse a comprar un piso... que con el tiempo será una casa en las afueras... los dos coches, los hijos que llegarán... los cubatas los sábados, el fútbol los domingos...

a mí me aterra... pero puede que no sea así, tal vez mi amigo me sorprenda... o tal vez sea así y él tenga razón y sea mucho más feliz con estas cosas que yo desprecio que yo con mis cosas... que ni si quiera sé cuales son... porque lo peor es que mi amigo es muy conservador... pero también muy inteligente... lo cuál lo hace más aterrador todavía

en fin, yo de momento para afrontar la crisis de dios-mío-ellos-ya-han-acabado-y-yo-sigo-con-asignaturas-de-tercero me voy de erasmus... y a la vuelta, a parte de una tremenda depresión, espero traer alguna cosa clara

6 Comments:

Blogger nadadora said...

¿Lo de la depresión lo sabes desde ahora? ¿Clarividencia, anticipación, realismo, optimismo, organización? Identifíquese.

5:58 PM  
Anonymous Anonymous said...

Increíble. He ido a parar a tu blog por casualidad. No podría estar más de acuerdo. Yo empecé hace muchos años la universidad. Era la única de mi entorno con vocación, la única que escogió su carrera como primerísima (y de hecho única) opción, la única interesada a trabajar de gratis, la única que realmente se ha pasado la carrera leyendo trabajos de investigación. Pero no. Las oportunidades sólo fueron para aquellos quienes les da igual trabajar en un banco, que investigando en la universidad. Que lo único que quieren es una bonita novia o un novio rico para pasear, una casa de propiedad y que van a hacer todo lo posible por conseguirlo. Y lo consiguen.
Vete de Erasmus y disfrutalo. Eso no te lo va a quitar nadie. Yo es de lo único que no me arrepiento.

11:59 PM  
Blogger Marta said...

y donde te vas??

8:28 AM  
Blogger eco said...

buah...seguro q no vuelves con depresión...el erasmus genera felicidad.
no conozco a nadie que haya vuelto triste de erasmus.

:D

1:02 PM  
Blogger siquis said...

eso eso, yo no estoy triste de erasmus. También quería cambiar de ciudad y aquí me tienes, no muy lejos y no muy aislada de lo anterior, pero aclarando ideas también.

3:44 PM  
Blogger MAL said...

usuaria anónima... me alegro de que hayas llegado a mi blog (aunque sea por casualidad) y me alegro más aún de que te haya gustado... no sé si es exactamente eso de lo que iba mi post, pero sí estoy de acuerdo en lo que dices, que a los pocos que queréis quedaros os ponen miles de trabas... así va el país (jeje)

mía me voy a algún punto (aún) indeterminado de alemania, ösnabruk en el peor de los casos, berlín en el mejor

a las de la depresión... la respuesta en el próximo capítulo de... welcome to the dollhouse (léase con tono de serial radiofónico, eh?)

9:18 PM  

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