Monday, May 29, 2006

comprar (no?) es crear [VIII]

“Al día siguiente, a mediodía, cuando Buck despertó, Serena le ayudó a levantarse de la cama, a cruzar el sótano y a subir la escalera. Las pisadas de él hicieron caer los retratos enmarcados de la familia, tomados hacía muchísimos años. – No te detengas – dijo Buck -. Continúa, que pasa el tiempo. –

“Era una tarde fría y gris. Serena salió de la casa y llevó a Buck sobre el césped amarillento del otoño y lo metió en su nave espacial. Una vez dentro se sentaron, cerraron las puertas y Buck utilizó sus últimas energías para poner en marcha los motores y besar a Serena. De acuerdo con sus palabras, las ondas amorosas del corazón de la chica pusieron en marcha los motores, y la nave despegó, subiendo hacia el cielo y alejándose del campo gravitatorio de Texlahoma. Y antes de que Serena perdiera el sentido y muriera debido a la falta de oxígeno, lo último que llegó a ver fue la cara de Buck desprendiéndose de la piel verde claro de Frankenstein, como la de un lagarto, y cayendo encima del salpicadero, lo que dejó a la vista al gallardo y sonrosado joven astronauta, y fuera distinguió el resplandeciente mármol azul claro de la Tierra destacándose sobre el cielo negro al que las estrellas habían salpicado como gotas de leche.

“Entretanto, abajo, en Texlahoma, Arleen y Darleen volvieron a casa después de haber sido despedidas de sus respectivos trabajos, justo a tiempo de ver al cohete y a su hermana perderse en la estratosfera, trazando una larga línea blanca en forma de colon que se iba desvaneciendo. Se sentaron en la mecedora, incapaces de entrar en casa, pensando y mirando el punto donde la estela del reactor se convertía en nada, escuchando el chirrido de las cadenas y el viento de la pradera.

“– Date cuenta – dijo Arleen – de que todos ese asunto de que Buck iba a ser capaz de devolvernos la vida era un engaño. –

“- Bueno, ya lo sabía – dijo Darleen -. Pero eso no impide que me sienta celosa. –

“- No, ¿verdad? –

“Y las dos hermanas siguieron sentadas juntas en la noche, silueteadas por el reflejo de la luminosa Tierra, mientras competían por ver quién podía balancear la mecedora más alto.

Thursday, May 25, 2006

comprar (no?) es crear [VII]

“No necesito deciros que la historia se repitió otra vez. A Darleen la contrataron en una carnicería que había junto a la carretera, y a Serena, la hermana mediana, la echaron de la perfumería de Woolworth y le encargaron que se ocupara de Buck, que había dejado de ser una novedad en el sótano y había terminado por convertirse en un incordio, lo mismo que ocurre con un cachorro cuando los niños discuten a quién le toca darle de comer. Y cuando Serena apareció a mediodía con la comida, lo único que Buck consiguió decir fue: -¡Dios mío! ¿Han echado del trabajo a otra de las hijas de los Monroe? ¿Es que no sois capaces de conservar un empleo? –

“A Serena este comentario la dejó indiferente, - Sólo son trabajos sin importancia – dijo -. Estoy aprendiendo a pintar, y cualquier día de estos voy a ser tan buena que Leo Castelli, de las galerías de arte Leo Castelli, de Nueva Cork, va a mandar una expedición de rescate para sacarme de este asteroide olvidado de Dios. Toma – añadió, soltándole un plato de crudités de apio y zanahoria -, cómete este apio y cierra el pico. Tienes aspecto de necesitar fibra. -

“Bien. Si Buck creía que anteriormente había estado enamorado, ahora se dio cuenta de que sólo se había tratado de espejismos y que Serena era su auténtico y gran amor. Las medias horas de vigila de las siguiente semanas las saboreó contándole a Serena como se veía el cielo desde el espacio exterior, y oyendo decir a Serena que sería capaz de pintar los planetas si pudiera ver cómo eran.

“- Yo te puedo enseñar el cielo, y además puedo ayudarte a salir de Texlahoma… si quieres venir conmigo, Serena, amor mío -, dijo Buck, y le explicó sus planes de fuga. Y cuando explicó que Serena tenía que morir, ella le dijo simplemente: - Me hago cargo. –

Tuesday, May 16, 2006

comprar (no?) es crear [VI]

“Por suerte, aquel mismo día despidieron a Darleen, la hermana pequeña, del departamento de perfumería de la tienda donde trabajaba. Entonces se pudo ocupar de Buck, mientras a Arleen la contrataban en una hamburguesería. Dejó de andar por allí, ocasionando pensamientos sombríos a Buck.

“Pero con Buck desdeñado y Darleen con mucho tiempo libre a su disposición, sólo fue prácticamente cuestión de minutos el que volviera a florecer el amor. Días después, Buck hacía a Darleen la misma petición de ayuda que le había hecho a Arleen: - ¿Querrías ayudarme, Darleen? Te quiero mucho. –

“Pero cuando la petición de Buck llegó a la parte en la que Darleen tenía que morir, se quedó helada, como le había pasado a su hermana. – Lo siento, Buck, pero no lo puedo hacer -, dijo también ella, añadiendo que las cosas probablemente irían mejor si no se ocupara de él. De nuevo con el corazón destrozado, pero de nuevo sin la menor sorpresa, Buck se volvió a dormir y Darleen subió la escalera.

Sunday, May 14, 2006

comprar (no?) es crear [V]

“Total, que Arleen bajó corriendo al sótano con la fuente de comida, acercó una silla a la cama e hizo como si estuviera leyendo un libro. Cuando Buck se despertó un segundo después del mediodía, lo primero que vio fue a la chica leyendo, y pensó que era la mujer ideal. En cuanto a Arleen, bueno, tuvo una pequeña arritmia romántica, y eso que Buck se parecía al monstruo de Frankenstein.

“- Tengo hambre – le dijo Buck a Arleen, a lo que ella replicó: - ¿No te apetecería comer uno de estos trocitos de salchicha y queso que he preparado yo misma? De hecho tuvieron mucho éxito en el velatorio del tío Clem.

“- ¿Velatorio? – preguntó Buck.

“- Así es. Su segadora volcó durante la cosecha, y estuvo dos horas atrapado debajo mientras esperaba a que llegara la grúa. Escribió su testamento con sangre en el techo del vehículo.

“A partir de ese momento se desarrolló una relación verbal entre los dos, y no pasó mucho tiempo antes de que floreciera el amor, pero había un problema con eso pues Buck siempre se volvía a quedar dormido al poco de despertarse, debido a su envenenamiento espacial. Aquello afligía a Arleen.
“Por fin, un mediodía, justo cuando se despertó Buck, este le dijo a Arleen: - Arleen, estoy muy enamorado de ti. ¿Tú me quieres? – Arleen contestó que sí, naturalmente, y entonces Buck dijo: - ¿Estarías dispuesta a correr un gran riesgo para ayudarme? Estaríamos juntos para siempre y yo te ayudaría a dejar Texlahoma.

“A Arleen le entusiasmaron las dos ideas y respondió: - Sí, sí -, y entonces Buck le dijo lo que tenía que hacer. Al parecer, las radiaciones emitidas por una mujer enamorada son de la frecuencia adecuada para poner en marcha los motores y ayudar a que la nave espacial despegue. Y si Arleen fuera con él en la nave, se podrían marchar, y Buck podría curarse de su envenenamiento espacia en la base lunar. - ¿Me ayudarás Arleen?

“- Claro que sí, Buck.

“- Sólo hay un problema.

“- Oh – Arleen se quedó helada.

“- Verás, una vez que despeguemos, en la nave sólo habrá el aire suficiente para una persona, y me temo que después del despegue morirás. Lo siento. Pero claro, una vez en la Luna, contaré con los aparatos adecuados para reavivarte. De hecho, no hay problema.

“Arleen miró fijamente a Buck y por la mejilla se le deslizó una lágrima, que llegó al labio y luego a la boca, donde le supo saldado, como la orina. – Lo siento, Buck, pero no lo puedo hacer -, dijo, añadiendo que las cosas probablemente irían mejor si dejaba de ocuparse de él. Con el corazón destrozado, pero nada sorprendido, Buck se volvió a dormir, y Arleen subió la escalera.

Saturday, May 13, 2006

comprar (no?) es crear [IV]

“Como imaginaréis, las tres hijas de los Monroe estaban nerviosísimas por tener un astronauta-monstruo hibernando en el cuarto de invitados. Cada una de ellas Arleen, Darleen y Serena, bajó a la habitación a mirar a Buck, que dormía en su antigua cama entre los objetos de su infancia. La señora Monroe no quería dejar a sus hijas que miraran demasiado tiempo, porque todavía estaba medio convencida de su propia participación en la enfermedad de Buck, y las mandó fuera, confiando en que se recuperara pronto.

“En fin que la vida recuperó más o menos la normalidad. Darleen y Serena fueron a trabajar a la sección de perfumería de los almacenes cercanos. El negocio de los cosméticos de áloe llevó a la señora Monroe fuera de casa, y el señor Monroe siguió fuera con la trilladora. Para ocuparse de Buck sólo quedaba Arleen, la hija mayor, a la que habían echado recientemente del 7-Eleven.

“- ¡Asegúrate de que coma mucho! – gritó la señora Monroe desde su sedán Boneville azul oxidado por la sal mientras se alejaba chirriando por el camino de entrada, y Arleen la despidió con la mano y luego corrió al cuarto de baño, dónde se cepilló su suave pelo rubio, se aplicó seductores cosméticos, y después se precipitó a la cocina para preparar una comida especial para Buck, que, debido a su envenenamiento espacial, sólo podía despertar una vez al día, a las doce del mediodía, y sólo durante media hora. Preparó una fuente de salchichas vienesas pinchadas en palillos, a las que añadió cuadraditos de queso naranja. Las dispuso con gracia en la fuente, con una forma que recordaba el logotipo del centro comercial de la zona, la letra C de Crestwood Mall, inclinada hacia la derecha. “Plantándole cara al futuro”, había escrito el periódico local abrirse el centro varios cientos de años antes, cuando todavía era 1974, incluso entonces, pues, como ya he dicho, en Texlahoma siempre era 1974. Al menos, hasta donde existen registros. Los centros comerciales, por ejemplo, una innovación reciente en la Tierra, en Texlahoma llevan vendiendo calzado deportivo, baratijas metálicas y tarjetas de felicitación desde hace milenios.

Thursday, May 11, 2006

comprar (no?) es crear [III]

“En cambio la señora Monroe supuso inmediatamente que sus albóndigas con crema de setas estaban pasadas y que, como consecuencia de sus errores culinarios, había echado a perder el adorable buen aspecto de Buck, y probablemente su porvenir. Se ofreció a llevarle a la clínica cercana, pero Buck se negó.

“- Probablemente sea mejor – sugirió la señora Monroe - , si se tiene en cuenta que la clínica sólo dispone de vacunas contra la peritonitis y de pinzas gigantes.

“- Basta con que me indique un sitio donde pueda dormir – dijo Buck - . Tengo un envenenamiento espacial, y dentro de unos minutos quedaré fuera de combarte. Y me parece que va a tener que cuidarme durante un tiempo. ¿Me promete que lo hará?

“- Naturalmente – contestó la señora Monroe, dispuesta a rechazar cualquier idea de que la comida estaba pasada, y le acompañó rápidamente al fresco sótano con una pared a medio terminar cubierta de tablas de imitación de madera. También había estanterías con los trofeos de curling del señor Monroe y los juguetes de sus tres hijas: una colección de Snoopys de peluche, muñecas Jem, cocinas de juguete Easy Bake y novelas policíacas de Nancy Drew. La cama donde debería dormir Buck era muy pequeña, una cama de niño, con sábanas rosas Fortrel arrugadas que olían como si hubieran estado en los almacenes de una tienda durante años. En la cabecera había pegatinas medio arrancadas de Holly Hobby, Verónica Lodge y Betty Cooper. Era evidente que nunca usaban la habitación, prácticamente olvidada, pero a Buck no le importó. Lo único que quería era dejarse hundir en un sueño profundo, muy profundo. Y eso fue lo que hizo.

Wednesday, May 10, 2006

comprar (no?) es crear [II]

- Es la historia de un astronauta que se llamaba Buck. Una tarde, Buck el Astronauta tuvo un problema con su nave espacial y se vio obligado a aterrizar en Texlahoma, precisamente en el jardín de la familia Monroe, que vivía a las afueras. El problema de la astronave de Buck era que no estaba programada para la gravedad de Texlahoma. ¡En la Tierra incluso se habían olvidado de hablarle de la existencia de Texlahoma!

“Siempre pasa lo mismo – dijo la señora Monroe, cuando acompañaba a Buck desde la nave espacial y atravesaba el jardín en dirección a la casa, pasando junto a la mecedora - . En Cabo Cañaveral siempre se olvidan de que estamos aquí.”

“Dada la hora del día, la señora Monroe le ofreció a Buck una comida muy nutritiva y caliente a base de albóndigas con crema de setas y maíz dulce de lata. Estaba contenta de tener compañía: sus tres hijas estaban trabajando y su marido estaba fuera, con la trilladora.

“Después de la comida invitó a Buck a pasar al cuarto de estar para ver juntos los concursos de la tele. - Normalmente estoy en el garaje haciendo el inventario de los cosméticos de áloe que represento, pero precisamente ahora los negocios no van bien.

“Buck asintió con la cabeza, indicando que lo comprendía.

“- ¿Nunca se te ha ocurrido ser representante de cosméticos de áloe cuando te jubiles de ser astronauta, Buck?”

“- No, señora – dijo Buck -. Nunca se me ha ocurrido

“- Piensa en ello. Lo único que tienes que hacer es organizar un equipo de representantes que trabajen bien a tus órdenes, y pronto te darás cuenta de que no tienes que trabajar en absoluto; bastará con que te quedes sentado a cobrar las comisiones.

“- Bueno, ya veremos – dijo Buck, que también felicitó a la señora Monroe por su colección de cajas de cerillas de recuerdo metidas dentro de una botella de coñac de tamaño gigante, colocada encima de la mesa del cuarto de estar.

“Pero de repente algo empezó a ir mal. Delante mismo de los ojos de la señora Monroe, Buck empezó a ponerse verde pálido, y la cabeza se le empezó a poner cuadrada y se le fue llenando de venas, como la de Frankenstein. Buck corrió a mirarse en un espejito de la jaula del papagayo, el único disponible, e inmediatamente se dio cuenta de lo que había pasado: padecía un envenenamiento espacial. Pronto se convertiría en un monstruo, y poco después entraría en un sueño casi permanente.

Tuesday, May 09, 2006

comprar (no?) es crear [I]

Los perros están hechos polvo por culpa del calor y se han tumbado a la sombra del Saab, soñando que persiguen conejos y contrayendo las patas traseras. Dag y yo, los dos en coma de hidratos de carbono, no nos encontramos mucho mejor y tenemos el estado de ánimo adecuado para escuchar cuando Claire empieza su relato del día.

- Es un relato de Texlahoma – dice, y nos estremecemos de placer, pues Texlahoma es un mundo mítico que hemos creado en el que se desarrollan muchos de nuestros relatos. Se trata de un lugar triste donde a los ciudadanos los echan siempre de sus trabajos en el 7-Eleven y donde los niños usan drogas y practican los bailes de moda junto a un lago, donde además fantasean que son adultos y se aprovechan de la asistencia social, mientras se examinan la piel unos a otros buscando quemaduras químicas producidas por las aguas del lago. Los de Texlahoma roban perfumes baratos de imitación en tiendas de poca categoría y se disparan unos a otros en la cena del Día de Acción de Gracias de cada año. Y casi la única cosa buena que sucede allí es que cultivan un trigo canijo, sin el menor encanto, del que los habitantes están justificadamente orgullosos; la ley establece que todos los ciudadanos deben llevar pegatinas en los parachoques de sus coches que dicen: NO A LOS CAMPESINOS, NO A LA COMIDA.

Allí la vida es aburrida, pero se pueden experimentar diversas emociones: todos los adultos guardan grandes cantidades de lencería sexy roja de poca calidad en los cajones de sus cómodas. Hay bragas y preservativos estimulantes enviados en cohete desde Corea. Y digo enviados en cohete porque Texlahoma es una asteroide que orbita alrededor de la Tierra, donde siempre es el año 1974, el año después de la crisis del petróleo y el año en que quedaron congelados los sueldos en Estados Unidos. La atmósfera contiene oxígeno, paja de trigo y transmisiones de radio de onda media. Es un sitio divertido para pasar un día, y luego a uno sólo le apetece largarse inmediatamente de allí.

En fin, ahora que conoces el ambiente, pasemos al relato de Claire.